Ha llegado el momento de hablar del riesgo financiero, ya que como dicen “no es oro todo lo que reluce”, es decir, no todos los resultados obtenidos por la entidad o en una inversión son los esperados, pudiendo ser tanto negativos como positivos. Así, podemos decir que el riesgo financiero se refiere a la variabilidad de los beneficios esperados por el accionista.
De este modo, el riesgo financiero, conocido también como riesgo de crédito o de insolvencia, hace referencia a las incertidumbres en operaciones financieras derivadas de la volatilidad de los mercados financieros y de crédito. Por ejemplo la incertidumbre asociada al rendimiento de la inversión debida a la posibilidad de que la empresa no pueda hacer frente al pago de los intereses y la amortización de las deudas.
El riesgo financiero está estrechamente relacionado con el riesgo económico ya que los tipos de activos que una empresa posee y los bienes y servicios que ofrece intervienen directamente en el servicio de su endeudamiento. De manera que, aunque dos empresas tengan el mismo coeficiente de endeudamiento y el mismo tamaño, no tienen por qué tener el mismo riesgo financiero.
Ahora bien, la mejor manera de evitar el riesgo financiero es invirtiendo en organizaciones que carezcan de riesgo de insolvencia o que, en su defecto, que éste sea muy bajo, como por ejemplo en el Estado.
Para calcular el riesgo financiero, podemos ver el siguiente pdf que incluye a su vez ejemplos para poder entender mejor su realización.
Riesgo Financiero PDF
Por otro lado, es muy importante conocer los diferentes tipos de riesgo financiero, entre los que podemos destacar:
Riesgo de mercado: Se da debido a los cambios que experimenta el precio de los activos y pasivos financieros (también conocidos como volatilidades). La capacidad empresarial y de gestión es la que va a permitir elegir productos de éxito que permitan preservar la imagen y confianza de la empresa para mantener la lealtad de los clientes y evitar así este tipo de riesgo financiero. Dentro de éste podemos distinguir:
o Riesgo de cambio: Surge como consecuencia de la participación de la empresa en el comercio exterior, al realizar inversiones materiales fuera de las fronteras del país, de la compra de valores en divisas extranjeras o sencillamente de la compra y venta de mercancías al exterior. Entre los problemas más destacados que pueden provenir del riesgo de cambio podemos nombrar la disminución de los ingresos de la exportación, el mayor coste de las materias primas o mercancías importadas o el aumento de los costes de los servicios de deudas. En definitiva, esto se debe a que al colocar el agente parte de sus activos en una moneda o instrumento financiero distinto al que utiliza habitualmente y existir una diferencia de valor entre estas monedas (como por ejemplo dólar-euro, yen-libra) aparece un tipo de riesgo que se incrementa conforme a la volatilidad que hay en el precio de estas monedas.
o Riesgo de tipo de interés: Hace referencia al riesgo que soportamos cuando se producen variaciones no esperadas en los tipos de interés de una inversión, es decir, es el riesgo asociado con mantener un instrumento de deuda a tipo fijo como resultado de las fluctuaciones en la rentabilidad del instrumento. El riesgo de tipo de interés suele medirse en función de su duración, de forma que cuanto mayor sea la vida del título, mayor será el riesgo que deberá asumir. Este tipo de riesgo puede ser a su vez:
- Riesgo de mercado: Es el que origina las pérdidas de capital al aumentar los tipos de interés.
- Riesgo de reinversión: Se da cuando la reinversión del propio activo o de sus flujos de caja debe realizarse a unos tipos de interés más bajos que los previstos.
Riesgo de crédito: Es la posible pérdida que asume un agente económico como consecuencia del incumplimiento de las obligaciones contractuales que corresponden a las contrapartes con las que éste se relaciona, es decir, este tipo de riesgo se presenta cuando la contrapartida de una transacción está poco dispuesta o incapacitada para cumplir sus obligaciones financieras acordadas por contrato, a su debido tiempo, forma o cuantía. Sin embargo, la calidad del riesgo puede estar determinada tanto por la probabilidad de que se produzca el incumplimiento del contrato como por la reducción del valor de los activos debido al deterioro de la calidad crediticia de la contrapartida (aun en el caso de que ésta cumpla con lo acordado), es decir, por la reducción de las garantías. El riesgo de crédito viene determinado a su vez por tres principios:
o La pérdida esperada: es la media anticipada de las pérdidas de la cartera y se calcula como el producto de tres variables:
Donde PE es la pérdida esperada, E es el nivel de exposición del riesgo de crédito, Pi es la probabilidad de incumplimiento y (1-r) es la severidad de la pérdida.
o La pérdida no esperada: es la volatilidad de las pérdidas respecto a la media.
o Capital regulatorio y económico: se trata del capital necesario para proteger a la entidad de pérdidas elevadas, superiores a la pérdida esperada.
Riesgo de liquidez: Se refiere al hecho de que una de las partes de un contrato financiero no pueda o encuentre dificultades para obtener la liquidez necesaria para cumplir con sus obligaciones aunque se disponga de los activos y la voluntad de hacerlo. El riesgo de liquidez también puede ser entendido como la dificultad para vender un activo lo antes posible y obtener así una cantidad aproximada a su valor razonable.
Riesgo de volatilidad: La volatilidad es la capacidad de variación en los precios que tiene un activo respecto a su media. Sirve para medir y prever el riesgo de invertir en un determinado activo. Como se puede deducir, a mayor volatilidad se espera un mayor riesgo, ya que las posibilidades de que el precio varíe (suba o baje) son más altas. Así pues, podemos definir el riesgo de volatilidad como el riesgo que existe de que un cambio en la volatilidad afecte al precio del bono de forma negativa.
excelente trabajo
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